La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, conocida por su relación con el mal de las vacas locas, es producida por la infección de la proteína Prión, normalmente presente en todos los mamíferos. En los últimos años, el nombre de Creutzfeldt-Jakob ha ido sonando cada vez más en el mundo y cada vez se hace más evidente la importancia de este tema especialmente para las personas con hemofilia, más aún cuando en febrero de éste año, se confirmó la presencia de esta enfermedad durante la autopsia de una persona con hemofilia en Reino Unido.
El adulto de más de setenta años, portador de hemofilia A severa, habría fallecido por causas ajenas a la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y tampoco manifestaba ningún sintoma de ella, pero la trascendencia de este descubrimiento es que se postula que su infección habría sido a travéz de concentrados de Factor VIII.
En Chile no se comercializan productos concentrados de factor procedentes de Reino Unido, país declarado de alto riesgo y hasta el momento no existe ningún caso de víctimas de Creutzfeldt-Jakob con hemofilia. Pero el tema abre un debate interesante sobre la seguridad de los concentrados derivados de plasma humano que actualmente se ocupan en nuestro país.
Los tratamientos recombinantes, existente desde hace años en el mercado, estan fabricados a partir de tecnología de clonación de células y su factor de seguridad es extremedamante alto. Se estima que su valor comercial es de aproximadamente un 30% más alto que los concentrados plasmáticos, pero eliminan el riesgo de enfermedades virales e incluso, la formación de inhibidores a travéz de factores artificiales que no son rechazados por el cuerpo. Es tiempo de que hagamos el salto a esta nueva tecnología y podamos brindarle a los cientos de personas con hemofilia una mejor espectativa de vida.
